SÍMBOLO DEL BICENTENARIO
ARGENTINO 2016.
Cambio en la continuidad. Branding basado en el símbolo de 2010.

La marca gráfica que identifica los 200 años de la Independencia Argentina es un rediseño de la marca del Bicentenario de la Revolución de Mayo de 2010. Un antecedente de marca gráfica argentina que se afianzó en el imaginario social en el transcurso de los seis años del período 2010 – 2016, cuyo carácter de firma visual asumió un rol prominente en tanto difusión, identidad y capital marcario. La marca de los 200 años de la Independencia Argentina asume tales competencias, que continúa los conceptos de la buena forma, pero actualizando los rasgos de su signo lingüístico visual con sustanciales diferencias.

En colaboración junto al diseñador Juan Pablo Tredicce.

En la búsqueda de tales difererencias marcarias se revisaron aspectos racionales e intangibles. 

La nueva marca reemplaza los pétalos que rodean y dan forma a la escarapela por veinte filigranas concéntricas que decrecen en color, en un efecto óptico hacia el interior de la figura que representan cada década desde 1816. Entre la idea y su materialización, el cambio resulta solemne –aunque severo en la continuidad de su morfía, que no modifica en nada su contorno–, efectivo y positivo, cuyas conexiones ofrecen singularidades en aspectos varios, como queda argumentado en su programa de identidad.

 

Si en 2010 la marca simulaba efectos de transparencia, aquí evoca principios del arte óptico, connotando en esa técnica minuciosa un sol en el centro. La marca consolida un lenguaje de gramática visual. En el marco de referencia vinculado a aspectos intangibles, la marca gráfica de los 200 años de la Independencia Argentina define un pensamiento estratégico, en tanto visión y estilo visual. 

Bicentenario2016_desfile
Bicentenario2016_estampillas
Bicentenario2016_logo-cartel
Bicentenario2016_macri

¿Por qué Argentina necesita una marca? Hay muchas razones, incluidas las aspiraciones de consenso interno, reconocimiento y autonomía. Pero principalmente porque, aún con sus dilemas, el símbolo puede convertirse en un componente esencial de la estrategia diplomática y competitiva de la Nación en el contexto global.

A través de un riguroso programa de implementación, el símbolo gráfico de los 200 años de la Independencia representa un vehículo que contempla la cultura y la imagen como un concepto único y reconocible, con espíritu local y aspiración internacional.

Si, como dicen Chermayeff & Geismar, después de todo, una marca gráfica es a la vez forma y sustancia, imagen e ideas, el nuevo símbolo evoluciona flexiblemente en un tono de voz apropiado. Es claro, sin embargo, que la mera difusión de una marca gráfica no puede identificar la totalidad de significados del objeto político que representa. Sin embargo, conecta, perceptivamente, la gestión de marca y el capitalismo creativo.

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